“¿Trabajas sentad@ hablando por teléfono y encima te quejas?»
¿ A que los que trabajáis en telemárketing como teleoperador@s habéis tenido que escuchar está pregunta tan imbécil muchas veces?
¿No os han entrado ganas de estrangular al idiota que os lo ha dicho mientras se ríe de manera estúpida en vuestra cara?
¡Hasta las narices de estar considerada una empleada de segunda!
Un teleoperador es una persona que pasa sentada toda la jornada laboral excluyendo cuando va al baño y, en según qué “empresuchas”, hasta eso está controlado (salid corriendo y no miréis atrás).
Como digo, sentados entre 5 y 6 horas, normalmente delante de un ordenador en una inmensa sala con decenas de ellos, con un auricular/ micrófono colgado de la oreja y atendiendo una media de entre 50 y 150 llamadas en distintos turnos por un sueldo de . ¡Hablemos claro!
Un aplauso para aquellas empresas que te pagan bien, en las que tienes un lugar acondicionado para el trabajo y te tratan como un ser humano (repito, si no es así, sal corriendo).
Además del tiempo inmóvil frente a una pantalla con el micro colgando debemos ser fuertes y resistir la presión, tener empatía, reaccionar rápidamente, vocabulario amplio , gestionar emociones y disponer de un cerebro privilegiado para manejar muchísima información que no caben en los guiones o speeches que nos dan o confeccionamos.
“¿Qué os puede pasar si trabajáis sentados?” Otra pregunta idiota que nos hace algún que otro “mentepollo”…
Si bien no está considerado un trabajo peligroso, todos los que trabajamos en ésto sabemos que no es cierto.
Pasemos a ver los riesgos reales de nuestro normalmente mal-pagado y no menos despreciado trabajo:
-Estrés, mucho y variadito.
Se considera mucho más estresante que un trabajo de secretaria, auxiliar etc. Y el estrés es más o menos alto según la empresa donde desempeñes el trabajo, por ejemplo: si existe mucha carga de trabajo, si no tienes claro las directrices de lo que tienes que hacer, si hay varios jefes que se contradicen, si es venta , concertación o atención al cliente, etc…
-Ruido y sus consecuencias.
Normalmente tenemos unos cascos (auriculares y micro) que son “del todo a cien” y que generan más ruido que unos específicos para éste tipo de trabajo , mi consejo es que te compres unos buenos y los lleves contigo a la empresa donde vayas, será casi el único modo de que tengas calidad de llamada y anulación de decibelios a nivel externo.
Este ruido constante nos genera pérdida auditiva, estrés, dolor de cabeza y cansancio .
-Ergonomía.
¿Tenéis un sillón adaptado para sostener el cuello y los codos? ¿Con refuerzos lumbares? Si es así id inmediatamente a la iglesia más cercana (los creyentes) y ponedle una vela a San Judas Tadeo porque habéis nacido con suerte.
Normalmente trabajamos con un sillón malo, malo, malísimo que no sirve más que para hacernos trizas durante las 5 o 6 horas que pasamos trabajando. Esto se traduce en posturas verdaderamente desaconsejables que , junto con las que tenemos que adoptar para poder realizar una llamada de calidad con ésos auriculares horrendos, suman y dan como resultado lumbalgias, cervicalgias severas y estrés. Tened en cuenta que simplemente estar sentado durante tanto tiempo ya es una carga muscular alta .
– Voz.
Si a los malos auriculares y micrófono le añadimos que el puesto de trabajo está una sala repleta de teleoperadores, debemos imaginar el barullo y ruido ambiente, ruido que podría mitigarse con unas buenas instalaciones de material captador de ruido, pero claro…si somos el hermano feo del comercial, ¿para que van a gastar dinero con nosotros?...En consecuencia alzamos la voz cada vez más y el resultado es el que ya sabemos todos “afonía severa” y “nódulos” , y a ésta enfermedad le sumamos la depresión que nos produce el estrés de saber a ciencia cierta que nuestro puesto de trabajo peligra…
¡ Estamos enfermos y nos enfermamos más de pensar que estamos enfermos!…¡la pescadilla que se muerde la cola!
Además, imagínate una sala con 30 puestos en tres turnos, un micrófono y auricular para tres personas.¡Festival de virus! asi que… ¡cómprate uno personal ya!
Añadimos algunas cosas fundamentales que nunca tienen en cuenta, el aire acondicionado (se puede liar una buena cuando hay gente con gripe), la humedad del ambiente (reseco por el calor que desprenden los aparatos) y la ventilación, que a veces es nula.
-Alostasis
Os lo explico: Los teleoperadores trabajamos ciclos cortos en cada llamada, teniendo que adaptarnos a ella para su resolución, ¿correcto? Bien, pues éstos ciclos cortos son un trabajo muy exigente que genera estrés y nuestro cuerpo reacciona a los cambios acoplándose a ellos constantemente forzando una respuesta “alostática” de forma continuada con lo cual se vuelve hiperactivo y deriva en enfermedades como trastornos osteomusculares y enfermedades cardiovasculares, vamos…riesgo de infarto…
– Vista.
¿Cuántos de vosotros tenéis pantallas de ordenador adaptadas a trabajos prolongados? ¿Y con pantallas protectoras? ¿ninguno? …Ya me lo temía… y si a esto añadimos que las malditas (pero baratas) luces fluorescentes se reflejan en la pantalla lo traduciremos en dolores de cabeza intensos, sequedad ocular, conjuntivitis, mareos ,fatiga visual.¡Toma del frasco!
Así que ya veis que éste trabajo tan mal valorado nos afecta directamente a la voz, al cuello, hombros, espalda, oído , vista y a nuestro estado emocional nada más y nada menos…ahora, cuando algún otro “listillo” os diga que “estáis en la gloria” ¡ya sabéis que tenéis qué contestarle (además de darle un zapatazo en la boca)!
En próximos posts os describiré como debería estar acondicionado un lugar de trabajo para nosotros, los teleoperadores.
Hasta entonces …
Abrazos a todos!

La risa y el buen humor no faltarán.
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